jueves, 30 de abril de 2020

Los invito para que el domingo 3 de mayo, en familia recen el Santo Rosario


SANTO ROSARIO, MEDITANDO LOS MISTERIOS GLORIOSOS EN COMPAÑÍA DEL SANTO HERMANO PEDRO
1º. PRIMER MISTERIO: JESÚS RESUCITA
La resurrección de Jesús que celebramos en este tiempo Pascual es la certeza de la Encarnación que llegó a su culmen. Nuestro Santo Hermano Pedro, vivió inmerso en  La adoración del misterio del Verbo Encarnado: Es la devoción del Hermano Pedro al misterio de Belén, que quiso imprimir a su obra religiosa, pues en cada uno de sus pobres veía la presencia del Jesús que nace humilde y pobre en Belén. Él mismo nos deja percibir en varias de sus “coplas de afecto” su tierna devoción al Misterio de Belén cuando dice:

Aunque tan chiquito, este niño bello,
sepa todo el mundo, que es el Rey del cielo...
A este Niño divino que nació en este portal,
aunque le veas carne y sangre,
Vino y Pan le has de ver.

2º SEGUNDO MISTERIO: LA ASCENCIÓN DE JESÚS
Este misterio contempla la superación del dolor y la llegada ante el Padre en una nueva realidad divina. Esta realidad ha dejado atrás el sufrimiento y el dolor, que ha sido consecuencia de la Encarnación y que ha soportado la cruz. Sin embargo, la meditación constante de la Pasión de Cristo es tema central en la espiritualidad cristiana y centro del mensaje del Evangelio. El Hermano Pedro tenía especial predilección por el Vía crucis, recorriendo con sentido profundamente humano y cristiano las estaciones de la Pasión de Cristo. En esta espiritualidad tan fecunda bebió la “sabiduría de la cruz” para reconocer con humildad que Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para confundir a los sabios; ha elegido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes. Descubrió la presencia y la fuerza del amor de Dios que en la cruz se hace salvación de todo ser humano que en verdad lo busca. Lo enseña con sus propias palabras:

Recréate siempre con la cruz de Cristo;
todo el deseo del siervo de Dios ha de ser seguir a Cristo;
éste es el verdadero deseo del siervo de Dios.

3º TERCER MISTERIO: EL ESPÍRITU SANTO DESCIENDE SOBRE LOS APÓSTOLES
La presencia real del Señor, posterior a su partida se corrobora porque el mismo Señor lo promete a sus discípulos en la venida del Espíritu Santo; como promesa cumplida,al igual que lo hizo en su última cena, donde les prometió quedarse con ellos para siempre, cada vez que compartieran el vino y el pan. La Santa Eucaristía fue siempre lugar frecuentado con pasión por el Hermano Pedro. “Se abrazaba para con el Augustísimo Sacramento en cualquier parte, y en cualquier iglesia que se expusiera a la pública veneración, postrado en tierra y, casi enajenado de los sentidos, contemplaba aquel Altísimo Misterio y casi olvidado del cuerpo y de las cosas humanas se anegaba en aquella inmensidad”. De su capacidad de sorprenderse ante el Santísimo Sacramento, nos hablan sus biógrafos y cuantos le conocieron en vida, al recordarnos cómo el Hermano Pedro oraba con sencillez:
¡Oh mi gran Señor!
Bueno está el disfraz
que en sacramento, a todos nos das...
Yo no puedo más, con ese misterio.
Yo pierdo el juicio, que Dios me dé remedio.
           
En realidad, el Hermano Pedro vive estos tres misterios como experiencia viva del anonadamiento del Verbo Encarnado que inicia en Belén, crece de intensidad llegando a su cumbre en la Cruz y se perpetúa en la historia en el misterio de la Eucaristía.

4º CUARTO MISTERIO: LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN


En la Santísima Virgen contemplamos el cumplimiento de todas las promesas del Señor. Ella ha sido, el modelo y guía de seguimiento a Crito y por eso, todo aquel que quiere hacerse discípulo se encomienda a ella. El amor a la Madre de Dios y la devoción del santo rosario, de cuya tradición el Hermano Pedro fue devoto impulsor, pues en el santo rosario descubrió la meditación práctica de los misterios de la vida de Cristo al calor de la humanidad de María, la humilde sierva del Señor. A ella encomendó continuamente su vida y su obra, pues siempre la consideró especialmente cercana a los que sufren. De su profundo amor a la Madre de Dios en la devoción de la Inmaculada Concepción queremos recordar algunas palabras en las que el Hermano Pedro demuestra singular ternura y amor filial:

¡Alegrémonos, hermanos, dé saltos el corazón!
Pues nos enseña la Iglesia, la fe en la Concepción!
Celebremos este día, con pureza y devoción,
pues nos enseña la Iglesia, la fe en la Concepción.

5º QUINTO MISTERIO: MARIA ES CORONADA COMO REINA Y SEÑORA DE TODO LO CREADO
Al contemplar a María como Reina de toda la creación, tendríamos que contrastar nuestros reinados mundanos que nos atan cada vez más a él. ¿Cómo poder reinar en el mundo sin hacernos sus esclavos? El Santo Hermano Pedro, asumió una vida ascética y radical que le permitió vencer el mundo y entregarse de lleno a Dios en la La práctica de la mortificación, de la penitencia y del ayuno. Para el Hermano Pedro, dichas prácticas poseían un valor concreto sólo si estaban asociadas al cumplimiento de la voluntad de Dios. En la espiritualidad del Hermano Pedro, encontramos en todo esto una coherente unidad, pues a la mortificación unía la contemplación de Cristo y el amor a los hermanos. De sus escritos lo podemos deducir:

Vale más una pequeña cruz,
un dolorcito, una pena o congoja o enfermedad enviada por Dios,
que los ayunos, disciplinas cilicios,
penitencias y mortificaciones que nosotros hacemos,
si ellas nos llevan a Dios.



miércoles, 29 de abril de 2020

Símbolos del Santo Hno. Pedro.



Símbolos del Santo Hno. Pedro

Lee con atención:

Sandalias:
Símbolo de Pedro, el caminante de Dios. Las sandalias de Pedro son signo de ese empeño, de esa tenacidad, de ese deseo de alcanzar la meta. Las sandalias de Pedro se fueron gastando paso a paso, dejando huellas de amor en el camino. Pedro caminó a favor de los pobres y necesitados sin dejarse llevar por el cansancio. Símbolo del caminar incesante de Pedro tras el Reino de Dios y el servicio incondicional a sus hermanos.

Alforja:

Especie de talega, abierta por el centro y cerrada por los extremos. Era elemento indispensable en el diario caminar de Pedro. En ella llevaba pan  y comestibles para sus pobres, enfermos y necesitados. La alforja de Pedro nunca estaba vacía, en ella se multiplicaba el pan para los pobres y necesitados.

Pan:
El hombre que fue caridad siempre disponía de pan; pan que distribuía entre los pobres, enfermos y necesitados. También distribuía el pan de la bondad, del amor, de la hospitalidad, de la formación cristiana, del vestido, del consuelo y la esperanza para quienes se encontraban en algún sufrimiento y necesidad. Él mismo, lleno de Dios se ofrecía como pan sabroso para sus hermanos por la bondad, la paz, el amor que se comunicaba a todas las personas. Al repartir el pan quería compartir la vida de Dios que invadía su ser. Era un gesto que invitaba a la unión.

Campana:
Era un elemento indispensable para el Hermano Pedro, quien recorriendo  en las noches las calles de la Antigua Guatemala llamaba a todos al cambio de corazón diciéndoles “Acordaos hermanos, que un alma tenemos y si la perdemos no la recobramos”. 

Animales

Tenía el Hermano pedro especial cariño por los animales. Por muy inferiores o desagradables que fueran, si veía que un animal sufría, era maltratado o estaba en necesidad , él acudía pronto en su ayuda, como si fueran seres humanos. A todos les hablaba y sorprendentemente todos los animales parecían entenderle, pues le obedecían en aquello que les decía.

El Rosario

El Hermano Pedro tributó especial amor y reverencia a Nuestra Señora. De él, dicen los biógrafos  que nadie le ganaba en amor a la Virgen María. Ante la Virgen de Belén el Hermano Pedro rezaba el Santo Rosario sin cansarse, también lo rezaba con los niños y lo coreaban los enfermos, los huéspedes y compañeros del hermano Pedro y otros devotos.

Ahora en los comentarios escribe cual es el símbolo que representa tu vida en este mundo.

jueves, 23 de abril de 2020

Tercer día del triduo Santo Hno. Pedro


Escuchar la canción: 

https://soundcloud.com/user-551314233/3-alma-caritativa-master

El guía dice:

MONICIÓN: Situado en medio de una joven sociedad colonial en la cual también se advertían los signos del pecado de opresión, esclavitud, indiferencia religiosa y apego desmedido a las riquezas, el Hermano Pedro emprendió lo que puede parecer un extraño apostolado de asistencia más allá de las dádivas materiales, cuando al final de la jornada diaria recorría las calles de la ciudad de Santiago de los Caballeros llamando a las conciencias de sus contemporáneos con aquel dicho que la memoria popular recuerda: Acordáos, hermanos, que un alma tenemos, y si la perdemos, no la recobramos. Palabras que hoy nos advierten que no debemos prescindir de Dios en nada de cuanto hacemos o emprendemos. En ese apostolado suyo, descubrimos valores perennes de la Evangelización auténtica.



a) El evangelizador verdadero no condena definitivamente a nadie, pues si lo hiciera estaría fuera del plan de Dios quien desea que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cfr. 1Tm 2, 4). Más bien, el evangelizador auténtico imita al Buen Pastor que dejando las demás ovejas, va en busca de la que está perdida (cfr. Lc 15,4), sabiendo que hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte, que por muchos justos que no necesitan arrepentirse (cfr Lc 15, 7).

Por este camino logró el Hermano Pedro sensibilizar muchos corazones tenidos por ajenos a la verdad y duros ante la caridad. Son famosas las conversiones que con su llamado logró en todos los estratos sociales.

Aún hoy, en los inicios de este nuevo milenio, para la conciencia cristiana sensible a la acción misionera parece resonar su llamado a no olvidar que el amor de Dios se ofrece especialmente a quien se siente alejado de Él, pues el Señor no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (cfr. Ez 33, 11).

TODOS: Acordaos hermanos, que un alma tenemos, y si la perdemos, no la recobramos.

b) El evangelizador propone el plan de Dios a un mundo dominado por el afán de las riquezas, la ambición del poder y la indiferencia regida por el placer, como en cierta medida debió serlo aquella sociedad colonial de Santiago de los Caballeros que conoció el Hermano Pedro. En ella supo reconocer todo tipo de pobreza en los hombres y mujeres de su tiempo. Fue testigo de la pobreza material, pero sobre todo de las pobrezas espirituales que cierran los corazones al hermano y los tornan indiferentes a la misericordia. A ellos el Hermano Pedro les descubrió el verdadero tesoro por el que hay que luchar en la vida: el Reino de Dios presente ya en el amor a los más necesitados (cfr. Mt 6,19-20; Lc 12, 33-34).

En su llamado profético a la conciencia de sus contemporáneos, el Hermano Pedro les advertía del peligro de perder el alma; insistía que la  dimensión espiritual que nos lleva a amar a Dios, debe ser la mayor riqueza de todo ser humano. Con lenguaje muy expresivo, exhortaba a sus contemporáneos:

Examina bien tus obras, y huye de la vanidad,
que a muchos ha derribado, sin que se puedan levantar.
En esta vida prestada, donde el bien vivir es la clave,
el que se salva: ¡ese sabe!,
que si no, no sabe nada...

Haz aquello que quisieras,haber hecho cuando mueras...
Arrendadorcillos: comen en cubiertos de plata, y morirán en grillos.

TODOS: Acordaos hermanos, que un alma tenemos, y si la perdemos, no la recobramos.
 Padre nuestro... 


miércoles, 22 de abril de 2020

Segundo Día del triduo al Santo Hno. Pedro.



Escucha la canción:

https://soundcloud.com/user-551314233/track-3

El guía dice:
Es necesario entonces, resaltar en el Hermano Pedro la profunda unidad de vida, expresada en la oración y acción en favor de los pobres. Y es necesario también detenerse en dos rasgos de su fe cristiana auténtica:

a) El amor a los pobres como signo de la verdadera santidad cristiana. Dicen sus biógrafos, que desde que llegó a Guatemala “abrazaba con cariño la pobreza”, actitud evangélica fecunda en humanidad, como dice san Pablo: Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, aunque entregue todo lo que tengo y yo mismo me mortifique, si no tengo caridad, no soy nada. Así como muchos experimentan en la virtud un trabajo difícil, la práctica del amor a los pobres era el camino ordinario para el Hermano Pedro. Él reconocía en ellos a los verdaderos representantes del mismo Jesús. Reclamaba invertir todo para socorrer a los pobres:

TODOS:
Fuera de peligro está, lo que a los pobres dieres,
que lo que en ellos gastares,
guardado en el corazón de Cristo está...

Quien con los pobres tuviere verdadera caridad,
asegúrale mi Dios que nunca, nada le ha de faltar.

b) La solidaridad, como fruto del amor cristiano, traducida en la actitud del Hermano Pedro de hacerse todo con todos. Efectivo en el amor, se hacía cercano del que sufre cualquier carencia humana o espiritual, actitud por la cual aún brilla en nuestros días como modelo a seguir en toda convivencia social, porque en él se cumple a la perfección el sentido de la caridad vivida por los primeros cristianos: Si un hermano o hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de ustedes les dice: «Vayan en paz, abríguense y llénense», pero no les dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así, también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta (Stgo 2, 15-16).

Nuestro Santo Hermano Pedro de San José Betancur, habiendo asistido especialmente a los enfermos convalecientes que encontraba, logró contagiar de su acción solidaria a muchos en su tiempo, de acuerdo con lo que escribe al Rey Felipe IV de España en 1663:

Es mucha la necesidad que los pobres convalecientes pasan en la ciudad de Santiago de Guatemala... Pido a Vuestra Real Majestad concederme licencia para fundar un hospital de convalecientes... Muchos piadosos cristianos me ayudan con sus limosnas, y me compraron un sitio donde hice un cuarto para estos pobres convalecientes.

c) La misericordia es la expresión más cercana a lo que fue toda su vida. Contempló la belleza de Dios en el rostro de los hombres más abandonados de su tiempo, besó sus heridas y abrazó como propios  los sufrimientos de un pueblo.

Nuestro Santo Hermano Pedro de San José Betancur es, sin duda,  un personaje excepcional, por su entrega al servicio de los más pobres y despreciados  de la sociedad de su tiempo: indígenas, enfermos, presos, peregrinos, pordioseros, y niños abandonados, fueron los predilectos de su corazón misericordioso.

Pedro entrega su vida al servicio de Dios en los pobres a quienes busca y atiende con gran amor y especial solicitud. Su casa es casa de todos; allí encuentran ayuda espiritual y material todos los que lo necesitan. Su hazaña caritativa que se inició en Guatemala, se extendió posteriormente a muchos países de América  Latina y del mundo.

Este camino es un reto a nuestra vida y trabajo pastoral, pues debemos traducir con creatividad los ideales vividos por nuestro padre el Santo Hermano Pedro al servicio de las apremiantes realidades de hoy. Hay nuevos pobres y nuevas pobrezas. Hay tantas necesidades que hacen muy actual la misión emprendida por el Hermano Pedro. El amor y la caridad auténticas que nacen del Corazón de Cristo hoy nos debe acercar a los más necesitados, para ser fieles al espíritu que vivió en su tiempo el Hermano Pedro.


martes, 21 de abril de 2020

Primer día del triduo al Santo Hno. Pedro

El guía dice lo siguiente: 
1º.- La adoración del misterio del Verbo Encarnado: Es la devoción del Hermano Pedro al misterio de Belén, que quiso imprimir a su obra religiosa, pues en cada uno de sus pobres veía la presencia del Jesús que nace humilde y pobre en Belén. 

2º.- La meditación constante de la Pasión de Cristo como tema central en la espiritualidad cristiana y centro del mensaje del Evangelio. El Hermano Pedro tenía especial predilección por el Víacrucis, recorriendo con sentido profundamente humano y cristiano las estaciones de la Pasión de Cristo. En esta espiritualidad tan fecunda bebió la “sabiduría de la cruz” para reconocer con humildad que Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para confundir a los sabios; ha elegido lo que el mundo considera débil para confundir a los fuertes

3º.-  El amor y la veneración al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, presencia real de Cristo en su Cuerpo y Sangre como Pan de vida del que la Iglesia saca su fuerza y memoria viva de su presencia en el mundo. La Santa Eucaristía fue siempre lugar frecuentado con pasión por el Hermano Pedro. “Se abrazaba para con el Augustísimo Sacramento en cualquier parte, y en cualquier iglesia que se expusiera a la pública veneración, postrado en tierra y, casi enajenado de los sentidos, contemplaba aquel Altísimo Misterio y casi olvidado del cuerpo y de las cosas humanas se anegaba en aquella inmensidad”           
En realidad, el Hermano Pedro vive estos tres misterios como experiencia viva del anonadamiento del Verbo Encarnado que inicia en Belén, crece de intensidad llegando a su cumbre en la Cruz y se perpetúa en la historia en el misterio de la Eucaristía.

 4º.- El amor a la Madre de Dios y la devoción del santo rosario, de cuya tradición el Hermano Pedro fue devoto impulsor, pues en el santo rosario descubrió la meditación práctica de los misterios de la vida de Cristo al calor de la humanidad de María, la humilde sierva del Señor. A ella encomendó continuamente su vida y su obra, pues siempre la consideró especialmente cercana a los que sufren. De su profundo amor a la Madre de Dios en la devoción de la Inmaculada Concepción queremos recordar algunas palabras en las que el Hermano Pedro demuestra singular ternura y amor filial:

5º.- La práctica de la mortificación, de la penitencia y del ayuno, medios de perfección a los que dio mucha importancia el Hermano Pedro, nos recuerdan gestos y palabras del mismo Jesús con sus discípulos. Para el Hermano Pedro, dichas prácticas poseían un valor concreto sólo si estaban asociadas al cumplimiento de la voluntad de Dios. En la espiritualidad del Hermano Pedro, encontramos en todo esto una coherente unidad, pues a la mortificación unía la contemplación de Cristo y el amor a los hermanos. 

Todos proclamamos juntos la siguiente oración: 


Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, tú concediste al Hermano Pedro la vivencia del Misterio de Belén, que él con gran amor difundió entre sus hermanos. Haz que por la intercesión del Hermano Pedro el espíritu de este misterio  penetre profundamente en el mundo, para que transformado por él, sea más humano y fraternalmente cristiano. Por Cristo nuestro Señor Amén
En los comentarios escribe cual es la persona más importante a la que le dirás cuanto la amas.

Bienvenida e invitación a celebrar la Fiesta del Santo Hn. Pedro de San José Betancurt




Este será nuestro espacio para celebrar desde casa nuestra confianza plena en el Señor Jesús, quien vive en cada uno de nosotros.  



Tema # 4 para reflexionar

  Recuerda regalarle unos minutos de tu tiempo a ti mismo, para mirar que pasa en tu interior.